No hay nada que me de paz. El dolor me viene como a otras personas se les pone la piel de gallina. Una imagen, un sentimiento me viene a la mente, y mi cuerpo empieza a sentir descargas de dolor como si de un ataque epiléptico se tratara. Y me quedo sin aire. Y sé que es un ataque ansiedad. Otro más. Uno de las decenas que tengo a lo largo del día.

El Mondeo. Hemos tenido crisis, no de pareja, sino personales que te distanciaban porque tu eres así, pero siempre ha habido cosas inalterables, y el Mondeo ha sido una de ellas.  Eras tu con el. Tu y yo viajando. Tu y yo haciendo el amor. Tu y yo contruyendo nuestro futuro. Tu y yo felices. Tu, yo y nuestra mascota haciamos hace no mucho nuestro último viaje juntos.. un viaje cuyo destino llevaba esperando mucho tiempo. Un viaje en el que fuimos felices por última vez.

El plan incluida comprarnos el nuevo coche y yo quedarme con el, ya que era un simbolo nuestro. Pero ahora se lo has dado a otro. Jamás habrá más Mondeo, jamás habrá más nosotros.

Y la ansiedad no para, no me da tregua desde hace meses. Las pastillas han dejado de hacerme efecto. Y me asaltan los recuerdos en el como una cascada: riéndonos, uno conduciendo y otro metiendo las marchas, con las manos siempre una sobre la otra, pintandome las uñas, jugando con la mascota, llenando el maletero hasta arriba… recuerdo con exactitud hasta como me senti cd en nuestra primera separación volvi a montarme… fue como si todo se colocará en su lugar.

Ahora nunca más pasara, ahora ya te has desecho de el igual que de mi. Sin embargo, yo no puedo librarme de los recuerdos pues el agua no se puede aprisionar, y los ataques nunca cesarán.